lunes, 26 de abril de 2010

Los principios fundamentales de la evaluación





La evaluación del aprendizaje es un proceso extremadamente complejo. Es necesario considerar respuestas a preguntas como: ¿quién debe evaluar? ¿En qué momento debe evaluarse? ¿Cómo se puede realizar la evaluación? ¿Qué aspectos deben evaluarse?
Es por esto que considero importante tener en mente principios fundamentales que guíen este proceso de evaluación, no solamente para los docentes, sino también para los alumnos e incluso para otras figuras que participan directa o indirectamente en la formación de los estudiantes, como son los administradores educativos, los bibliotecarios y otros.

Desde mediados de la década pasada, la American Association for Higher Education (AAHE), que es una organización independiente que existe desde 1870 con la misión de mejorar la calidad de la educación superior en los Estados Unidos, generó un documento breve en la que plasma los que considera deben ser los principios sobre los que deben desarrollarse todos los procesos de evaluación.

Los principios son 9 y se transcriben a continuación. Los párrafos copiados están incompletos, pero transcritos textualmente. Quien desee conocer el documento completo puede localizarlo en diferentes páginas de Internet, una de ellas es la base de datos australiana UltiBase, especializada en temas educativos y que puede consultarse en: http://ultibase.rmit.edu.au/Articles/june97/ameri1.htm#9 (la consulta se hizo el 26-IV-2010).

9 Principios de buenas prácticas para la evaluación del aprendizaje de los estudiantes:

1. La evaluación del estudiante inicia con valores educativos. La evaluación no es un fin en sí mismo, sino un vehículo para la mejora educativa.

2. La evaluación es más efectiva cuando refleja una comprensión del aprendizaje como algo multidimensional, integrado y revelado en el desempeño sobre el tiempo. El aprendizaje es un proceso complejo. Implica no solamente lo que los estudiantes saben, sino lo que ellos pueden hacer con lo que saben; involucra no solamente conocimientos y capacidades, sino también valores, actitudes y hábitos de la mente que afectan al éxito académico y al desempeño más allá del salón.

3. La evaluación funciona mejor cuando los programas que se buscan fortalecer tienen propósitos explícita y claramente establecidos. La evaluación es un proceso orientado a metas. Implica la comparación del desempeño educativo con los propósitos ylas expectativas establecidas.

4. La evaluación requiere poner atención a los resultados, pero también y de manera equitativa a las experiencias que condujeron a esos resultados. La información sobre los resultados es de gran importancia; hasta dónde llegan los estudiantes importa mucho; pero para mejorar los resultados, es necesario conocer sobre la experiencia de los estudiantes a lo largo de todo el camino.

5. La evaluación funciona mejor cuando es un proceso continuo y no periódico. La evaluación es un proceso cuyo poder es acumulativo.

6. La evaluación fomenta un mejoramiento más amplio cuando se involucran representantes de toda la comunidad educativa. El aprendizaje del estudiante es responsabilidad de todos los miembros de un campus y la evaluación es una forma de habilitar esa responsabilidad.

7. La evaluación hace una diferencia cuando empieza con cuestiones de uso y da luz sobre preguntas que realmente preocupan a la gente. La evaluación reconoce el valor de la información en el proceso de mejoramiento. Pero para ser útil, esta información debe estar conectada con asuntos y preguntas que realmente le interesan a la gente.

8. La evaluación tiene más posibilidades de conducir al mejoramiento cuando es parte de un conjunto de condiciones más amplio que promueve el cambio. La evaluación por sí misma cambia muy poco. Su mayor contribución viene en instituciones donde la calidad de la enseñanza y del aprendizaje es visiblemente valorada y aprovechada.


9. A través de la evaluación, los educadores cumplen con responsabilidades hacia los estudiantes y hacia el público. Hay una porción del público muy interesada en educación. Como educadores, tenemos la responsabilidad ante el público que da soporte y que depende de nosotros para saber de qué manera los estudiantes cumplen con las metas y las expectativas.